Dado el trabajo de Yo’o Guatemala, no sería difícil usar este espacio para apelar a la sensibilidad del corazón del lector. No hay tampoco ninguna escasez de experiencias personales auténticas con los niños y adultos y las maravillas de un país impresionante del cual contar.
Pero este blog se inicia con una fábula africana.
Había una vez un terrible incendio en una selva. Todos los animales corrieron fuera de la selva y miraban el fuego desde lejos. El más pequeño de los animales, un pequeño colibrí, se dio cuenta de que tenía que hacer algo. Así que voló al río más cercano, tomó una pequeña cantidad de agua en su pico, voló sobre el fuego y dejó caer el agua. Lo hizo una y otra vez y otra vez. Los otros animales le vieron y no hicieron nada, pensando que era inútil. El elefante con su trompa grande, podría haber tirado mucho más agua desde el río que el colibrí con su pequeño pico, pero no lo hizo. Él y los otros animales consideraban la tarea demasiado difícil. Los animales le preguntaron al Colibrí, “¿qué es lo que crees que puedes lograr? El fuego es tan masivo, y tu eres tan pequeño”. El colibrí, volando de un lado al otro, ignoraba las desalentadoras palabras de los otros animales y dijo, “Estoy haciendo lo mejor que puedo”.
Sería poco acertado comparar a cualquier persona afiliada con Yo’o Guatemala con un colibrí; por su historia, paisaje y gente, uno podría sólo utilizar el Fénix para representar a Guatemala. Pero el colibrí en esta historia no representa una persona, lugar o cosa, representa un sentimiento: esperanza.
ESPERANZA es lo que nos inspira a hacer lo mejor que podemos. Nos da el coraje para aceptar que las enormes tareas por delante son exactamente eso, enormes, sin embargo es necesario enfrentarlas.
En la Guatemala rural, ESPERANZA es la sonrisa de un niño llamado Cristian que lanza destellos a cada uno en su camino. A la edad de 8 años, cuando la mayoría de los niños viven una vida sin preocupaciones, él debe trabajar para ayudar a alimentar a su familia.
ESPERANZA es lo que inspira a una mujer de la tercera edad, que trabaja día y noche lavando ropa, a adoptar a una extraña, una joven madre ciega, abandonada por su marido y su madre. Entre los trabajos la mujer recoge y carga leña, que es demasiado pesada para el marco de 200 libras de esta escritora, y la vende para comprar alimentos y dar cobijo a la nueva “familia” que encontró.
ESPERANZA es lo que motiva a tres chicos, que trabajan sin descanso en la limpieza de baños públicos por unos centavos al día, para estudiar a pesar de su agotamiento y – contra viento y marea – poder sobresalir en la escuela.
ESPERANZA es lo que mantiene a una chica de 17 años de edad soñando con su futuro, y que sólo quiere pensar en aplicaciones para la Universidad y el vestido de fiesta de graduación; pero es responsable del cuidado de sus dos hermanos menores.
ESPERANZA es lo que incentiva a una comunidad sacudida por la pobreza, el hambre, abuso físico y sexual y desatendida, a siempre esforzarse por hacer lo mejor que pueden, por sí mismos y, sorprendentemente, para los demás. Yo’o Guatemala encarna la ESPERANZA, un sentimiento que todos deberíamos mantener.
En palabras de Wangari Maathai, Premio Nobel, quien con frecuencia utiliza la historia del colibrí para demostrar el poder de uno, “Yo puedo ser insignificante, pero ciertamente no quiero ser como los animales viendo cómo el planeta se va por el desagüe. Voy a ser un colibrí.”
Al enfrentarse a desafíos abrumadores, decide ser el colibrí.